El café es como el vino, están los de greca, que saben como agua sucia; están los aclamados por la crítica, esos que expertos y hipsters alaban como si fueran un manjar de los dioses, y todos los que entran en medio de estos dos.
Al igual que el vino, el café se obtiene por medio de la fruta fermentada (técnicamente semillas, en el caso del café) que produce diferentes sabores y aromas dependiendo de la variedad de la planta y la forma y el lugar donde se cultiva, entre otros. Los catadores profesionales tienen sus propias especificaciones y definiciones de lo que hace exquisita a una bebida —y vamos a compartir algunos de sus secretos— aunque lo único que en verdad importa es que encuentres un café que realmente te guste. Este es un pequeño vocabulario del café, para ayudarte a identificar lo que estás probando y así puedas pedir el café como más te gusta: